Inaugurada en 2001 en el interior del Palacio de Acursio, sede del Municipio de Bolonia, la biblioteca Salaborsa se asoma a la Plaza Nettuno como núcleo cultural de la ciudad.
Los últimos trabajos de acondicionamiento de la biblioteca Salaborsa hicieron posible revivir una rica herencia de los restos arqueológicos hasta la fecha visible para los turistas y visitantes a través del suelo transparente de la actual Piazza Coperta. Desde los Villanovianos a la Felsina etrusca, hasta la Bononia romana, una visita a la biblioteca Salaborsa le permitirá admirar los resultados de la estratificación de las diferentes civilizaciones que han ocupado el territorio de Bolonia en el curso de muchos siglos.
Algunos vestigios de edificios públicos y de culto atestiguan cómo el espacio en el que se encuentra hoy la biblioteca Salaborsa fue una vez el centro neurálgico de la vida urbana de Bolonia.
Destinada a las funciones públicas en tiempos de los romanos, la biblioteca Salaborsa se coloca en una zona que ha sufrido numerosas transformaciones a través del tiempo: durante la Edad Media, un empobrecimiento general del territorio fue la causa de una significativa reducción de los edificios civiles, hasta su recuperación en durante el siglo XIII, un período en el que, en cambio, el área sufrió una nueva fase de renovación.
En particular, este último período histórico se caracterizó por la presencia de edificios civiles construidos con materiales de gran calidad y esfuerzo arquitectónico, perteneciente en su mayoría a familias gibelinas entre los cuales, vale la pena recordar, el del famoso jurista y maestro de la ley Francesco Accursio, que dio su nombre al histórico edificio municipal.
Hacia la mitad del siglo XIII, el área de interés de la biblioteca Salaborsa se somete a un sucesivo momento de transformación que ve la demolición completa de los restos anteriores y da lugar a la creación de un edificio de estilo tardorrománico del cual hoy recordamos el sugestivo porticado con vistas a la plaza.
Posteriormente, durante las últimas décadas del siglo XX, el edificio se convirtió en la sede de las oficinas administrativas municipales. Y solo en 1999 es que comienzan las intervenciones de recuperación de la zona para el proyecto de recualificación de la Plaza Mayor que imprime definitivamente el nuevo destino de la biblioteca Salaborsa como un lugar de cultura y conocimiento.
El último reasentamiento de la biblioteca Salaborsa respetó la estructura existente desarrollada durante los siete siglos de historia: actualmente, los visitantes pueden admirar las diversas etapas de su larga historia a través de la pasarela colgante que sirve como un recorrido histórico a través del cual admirar los restos arqueológicos que se encuentran debajo del piso de cristal.
Partiendo del perímetro de la muralla de la cisterna renacentista hecha por Terribilia, apodo dado a un grupo de arquitectos pertenecientes a la misma familia activa principalmente durante el siglo XVI, y más allá de los cimientos de la basílica romana, es posible contemplar la cuenca estelar, una vez colocada en el centro del jardín y símbolo de la centralidad cultural de la nueva biblioteca Salaborsa.
